Deseamos tomarnos un poco de espacio para contarle cuál es nuestra profesión y qué buscamos hacer cotidianamente.
Proyectar, construir e instalar sistemas para la reducción de las barreras arquitectónicas es lo que hacemos y que a todos les resulta evidente.
En realidad la práctica cotidiana de nuestro trabajo es algo diferente, algo menos evidente y mucho más importante.
Promovemos soluciones a personas con dificultades para vivir la propia casa o los espacios públicos que suelen visitar. El nuestro es un trabajo delicado, de comprensión de las exigencias e individualización del producto más apropiadas para resolver los problemas de las personas. Ya sea que se trate de sillas salvaescaleras, de plataformas salvaescaleras o de elevadores, nuestro trabajo tiene muy poco de estandarizado.
Cada casa, cada ambiente al cual nos llaman a operar posee especificaciones arquitectónicas, los espacios y los vínculos a respetar. Cada una de nuestras instalaciones es nueva, inédita y no es replicable.
Sabemos que la perfección no existe!
Desde el año pasado, alcanzamos y superamos las 100.000 instalaciones, un número enorme que nos hace sentir orgullosos y que nos da la fuerza y la seguridad para presentarnos cada día a los nuevos Clientes conscientes de lo que hicimos. La web es un instrumento que utilizamos de modo consciente y prioritario para hacer conocer nuestra empresa y nuestros productos.
Este instrumento nos permite acceder a miles de personas cada día exponiéndonos inevitablemente también a las críticas de quien no se considera satisfecho de nuestro trabajo. Es un riesgo que aceptamos y al cual no tenemos intención de escapar. Por el contrario, las críticas se utilizan de modo estructural en nuestra organización para dar impulso a los procesos de mejoramiento, tanto de nuestras respuestas a los Clientes, como de los tiempos de respuesta mismos.
Por otra parte, si por un lado un Cliente insatisfecho difunde rápidamente su mensaje en redes sociales y/u otros instrumentos online, los Clientes satisfechos se manifiestan de modo más púdico con mensajes a menudo privados o con llamadas telefónicas de reconocimiento. Es parte del juego y nosotros aceptamos hacer parte del mismo.
La web, por tanto, para nosotros representa un estímulo constante para mejorar y formular propuestas, así como proyectar soluciones cada vez más cercanas a las exigencias y expectativas de nuestros Clientes.
Es el caso, por ejemplo, de Vimec Dolce Vita, nuestra nueva silla salvaescaleras que nace de una serie de imperativos de diseño que nacen de exigencias recogidas en el curso de los últimos años:
- seguridad y facilidad de utilización;
- dimensiones reducidas para adaptarse incluso a los huecos de las escaleras menos amplios;
- precio menor en referencia a los productos análogos de la competencia;
- proyectada y construida completamente en Italia.
Dolce Vita, una respuesta para muchas exigencias, porque Vimec no es sólo una empresa metalmecánica sino un grupo humano que, con su trabajo buscan responde lo mejor posible a las exigencias de personas que desean vivir la propia vida y la propia movilidad con serenidad.